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Mostrando entradas de octubre 11, 2015

El penal de Maturana

Ramiro Maturana era un jugador de Fútbol profesional, que estaba en los tramos finales de su carrera y no precisamente por tener una edad muy avanzada, a decir verdad cuando tuvo lugar la anécdota que aquí les contaré, “Culito de oro” Maturana —Así es su apodo, y más adelante verán por qué— tenía sólo 23 años y se encontraba en el apogeo de su carrera. El pibe era habilidoso como el solo, las gambetas, tijeras, tacos y chilenas le salían con tanta facilidad y precisión que era un placer verlo jugar. A los 20 años ya estaba considerado el mejor del mundo por lejos y poseía una de las fortunas más grandes por aquel entonces, lo que dio rienda suelta

Lo Que El Tío Aurelio Me Heredó

Me despertó el insistente sonar del teléfono. Debían ser algo así como las diez de la mañana, porque los rayos del sol comenzaban a filtrarse por la única ventana que había en el monoambiente de morondanga que yo alquilaba. Levanté el tubo, se trataba del abogado de la familia. Intercambiamos los comentarios de cortesía habituales y me solicitó si podía presentarme en su estudio, para tratar algunos asuntos concernientes a Aurelio Dominguez —mi Tío—. Una vez en su oficina, me invitó a tomar asiento y le pidió a su secretaria que me alcanzara un vaso de agua. Esperó a que me acomodara en la silla y habló. — Lamento mucho tener que comunicarle esto —Dijo el abogado mirándome a los ojos— pero su Tío Aurelio ha fallecido. Oír esto me entristeció profundamente, quise decir algo pero las palabras no acudieron a mi.

El primer show del Caesar Circus

Sólo los miembros más antiguos del Caesar Circus recordamos aquella primera función. En ese entonces contábamos con pocos recursos, habíamos logrado reunir algunas “atracciones”: seis enanos malabaristas, un payaso, dos caballos. Uno de esos dos caballos era apenas un pony, así que le dimos un aire más despampanante y exótico, al presentarlo como un fenómeno traído desde la legendaria y misteriosa China: el  único y majestuoso caballo bonsái. Pero a pesar de esto necesitábamos una atracción para el cierre, algo que fuera realmente consagratorio. De modo que nos fuimos a beber unas copas a una cantina cercana, nos acodamos en la barra y conversamos del tema.

De cómo viajar en Bondi

A pesar de que viajar en bondi es una actividad que realizamos a diario, e incluso hasta varias veces en el día, no todos parecen saber como hacerlo de forma apropiada, o al menos, con el concepto de  “Apropiado”  que se tiene hoy por hoy. La correcta espera del bondi, tiene una serie de factores que deben ser tenidos en cuenta, si uno pretende hacer las cosas del buen modo.  Digamos que la expectación de este medio de transporte, es un poco más compleja que el mero hecho de llegar y pararse junto a un caño que está incrustado en la vereda y ponerse a mirar al horizonte con cara de “A ver cuando viene…”. Aquel pasajero que se ponga a aguardar la llegada de dicho medio de locomoción, deberá

La historia de la mujer barbuda

En una cruda noche de invierno, en la cual un viento gélido y despiadado azotaba los árboles y los sacudía vigorosamente, hizo su ingreso tímido y tembloroso Grigori Mijail, vistiendo harapos y llevando con sigo una pequeña maleta con sus pocas pertenencias. Aquellos que nos acercamos a él, no supimos bien que pensar de ella. Si bien su tupida barba y su voz gruesa parecían indicar que se trataba de un corpulento hombre, pronto descubrimos que debajo de todo eso se escondía una inocente y desprotegida mujer. Nos imploró que la albergáramos aquella noche y nos confesó con desesperación y entre lagrimas

Anton Ulianov, el contorcionista

Anton Ulianov “El contorcionista” y sus mil retorcidas posiciones , así se llamaba el número que representaba este hombre de goma en el Caesar Circus.  Era realmente increíble verlo adoptar esas intrincadas posiciones. Las piernas por encima de la cabeza, a la vez que los brazos le pasaban por detrás de la espalda. Incluso se doblaba para dormir. Se paraba con una de sus piernas, la otra la giraba al rededor de su cintura, el tronco lo giraba hacia atrás y pasaba su cabeza por debajo de uno de los brazos. Después de todo esto, el otro brazo lo enroscaba alrededor de la cabeza tapándose de este modo los ojos para que la luz no lo moleste. Una vez hecho esto

Chernin Dimitri, el faquir

Para el publico del Caesar Circus era un personaje que dejaba pasmado tanto a grandes como a chicos con sus inigualables números, estamos hablando de Chernín Dimitri “EL FAQUIR” pero para nosotros no fue más que un problema que sólo fue en aumento. Chernín tenía la habilidad de poder caminar sobre brasas al rojo vivo o sobre trozos de vidrios sin siquiera sufrir una sola herida, pero lo que lo llevó a su perdición fue